En estos tiempos modernos, donde las relaciones románticas se pueden iniciar y terminar con un simple “swipe” en una aplicación de citas, es fácil olvidar que hay amores que duran toda la vida. Esos son los amores a la carta, los que se construyen con paciencia, respeto y compromiso. Pero también hay amores a cuchillo, los que nos hieren y nos dejan cicatrices. Son esos amores que nos hacen pensar: “¿Por qué me enamoré de ti?”
¿Qué son los amores a la carta y los amores a cuchillo?
Los amores a la carta son aquellos que se construyen con paciencia y dedicación. Son relaciones en las que ambas partes se esfuerzan por conocerse y entenderse. Se comunican abiertamente y honestamente, y confÃan el uno en el otro. Los amores a la carta son como una comida bien preparada, que se disfruta lentamente y con gusto.
Los amores a cuchillo, por otro lado, son relaciones que nos hieren y nos dejan cicatrices. Son relaciones en las que hay falta de comunicación, respeto y confianza. Ambas partes se sienten celosas y posesivas, y tratan de controlar al otro. Los amores a cuchillo son como una comida picante, que nos quema la boca y nos hace llorar.
¿Cómo saber si estamos en un amor a la carta o en un amor a cuchillo?
Hay algunas señales que nos pueden ayudar a saber si estamos en un amor a la carta o en un amor a cuchillo. Si nuestra relación se basa en la confianza, el respeto y la comunicación, es probable que estemos en un amor a la carta. Si, por el contrario, hay celos, posesividad y falta de comunicación, es probable que estemos en un amor a cuchillo.
¿Qué podemos hacer si estamos en un amor a cuchillo?
Si estamos en un amor a cuchillo, lo primero que tenemos que hacer es reconocerlo. No podemos cambiar una situación si no aceptamos que existe. Una vez que lo hemos reconocido, podemos empezar a trabajar para cambiarlo. Podemos intentar mejorar la comunicación, el respeto y la confianza en la relación. Si eso no funciona, podemos buscar ayuda profesional.
Hay amores a la carta, hay amores a cuchillo. Nosotros elegimos cuál queremos vivir. Si queremos un amor que dure toda la vida, tenemos que estar dispuestos a trabajar por él. Tenemos que ser pacientes, respetuosos y comprensivos. Tenemos que comunicarnos abiertamente y honestamente. Y tenemos que confiar el uno en el otro.